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El País / ANDALUCÍA G. DONAIRE - Jaén
El sector olivarero andaluz ha dejado pasar una oportunidad histórica que difícilmente se le volverá a presentar. La posibilidad de dar un golpe de timón en el accionariado de la compañía SOS Corporación Alimentaria, el principal grupo mundial comercializador de aceite de oliva, abrió unas expectativas enormes, pues se veía como la mejor vía para que el peso del olivar andaluz -80% de la producción nacional y el 50% de la mundial- influyera en los mercados y participara así en la regulación de los precios en origen. El cierre de la ampliación de capital del grupo propietario de Carbonell y Koype no ha hecho más que certificar el fracaso de una oferta conjunta del olivar andaluz y, de paso, desnuda la debilidad de un sector tremendamente atomizado.